Oda a la cereza
Ligera, redonda, y roja,
tentando,
como los labios de una amante.
Azucarada y tentadora, el sonido de
un beso ligero,
una bocado suave en
la pulpa
caliente y llenita.
Rojo vivo
es la mancha
en los dedos,
la boca.
Escarlata y calentita
como sangre fresa
pero
sorprendentemente
dulce,
como el aliento
fragante
Eres simple,
humilde y
pequeña.
Aunque
modesta en comparación a
tu hermana,
la ciruela
eres
el deleite más tierno.
Das prudentemente.
Bocadito
a
bocadito,
la lengua,
curiosa
y alerta
explora
su carne delicada,
consciente de
la piedrecita
adentro.
Recubierta de
su fruta carnosa y suculenta
espera
esta semilla,
pequeña, dura, insípida.
Una esferita,
con el poder
infinitamente
se multiplica.
Que generosa y genial eres,
cerecita
das
toda tu gracia
creas y recreas esta
experiencia
divina,
para nosotros.
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